Dos ambientes distintos se vivieron anoche en el noveno episodio del sexto partido de la serie final de la pelota dominicana, cuando los Leones del Escogido se preparaban para celebrar, mientras que los Tigres del Licey ya estaban recogiendo su utilería para la próxima temporada.
Ya con dos outs en la entrada a favor del Escogido, el intermedista Gustavo Núñez silenció las gradas rojas con un cuadrangular de dos carreras que igualó las acciones en ese momento.
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Luego de un domingo cargado de mucho dramatismo en el sexto juego, el campeonato se definirá este lunes desde las 7:30 de la noche. Los Tigres en busca de la corona 25 y el tricampeonato, mientras que los Leones van tras el título 17.

En todo el estadio Quisqueya Juan Marichal fue notorio ver las caras de incredulidad de los parciales escogidistas, quienes no salían del asombro por lo sucedido y es que el partido estaba 4 por 2 a favor de los melenudos, pero el batazo de Núñez por el jardín derecho retornaba a los parciales azules el aliento.
Ya toda la logística para realizar la ceremonia de coronación se encontraba en progreso, porque a penas faltaba un out para culminar el partido, pero tuvieron que detenerse.
La celebración de los rojos inició en el tercer capítulo cuando le marcaron dos vueltas a César Valdez, quien saltó del montículo en cuarto episodio.
Para los seguidores del Escogido haber atacado temprano a César y haberlo hecho saltar era el inicio de una noche prometedora.
Desde el noveno y hasta el final del partido en el décimo tercer episodio se vivió un ambiente tenso.
Los fanáticos del Licey parecían que tenían fuerzas renovadas luego del batazo de Núñez, mientras que la cara de decepción de los rojos imperaba.
El grito de guerra de los azules “¡Licey campeón, Licey Campeón!, retumbaba por por todo el estadio, opacando la alta cantidad de fanáticos rojos que se perparaban para celebrar la corona 17.


Los liceistas se animaron aún más en la parte alta de la décimo tercera entrada, cuando el colombiano Harold Ramírez conectó un granadazo que cayó en terreno corto del jardín derecho, el cual trajo dos vueltas de ventaja para los Tigres.
Mientras los Tigres navegaban en aguas más serenas con la ventaja, se escuchaba a Emilio Bonifacio decirles a sus compañeros: “vamos a seguir que esto no ha terminado”.
Finalmente el Licey hizo uso de su mística para salir de apuros en el sexto encuentro y forzar un séptimo y decisivo partido, mientras se seguía escuchando el feroz grito de guerra azul.
El panameño Andy Otero se convirtió en un ente de relevancia para los Tigres al lanzar 3.0 episodios completos, en el cual solo toleró 1 indiscutible.
Otero fue antecedido por Jairo Asencio y Jonathan Aro, quienes se combinaron para lanzar 2 entradas sin libertades.