Lo que en una audiencia en el Senado estadounidense acaba de decir Marco Rubio, cuya confirmaciĆ³n como secretario de Estado en la nueva administraciĆ³n de Donald Trump se da por segura, ha debido generar la esperanza de que nuestro paĆs recibirĆ” del Gobierno que tomarĆ” las riendas de los Estados Unidos a partir de este 20 de enero la mejor respuesta que haya recibido hasta ahora a sus ya viejos reclamos para que la comunidad internacional contribuya a generar las condiciones para estabilizar a HaitĆ y, consecuentemente, superar los problemas de inseguridad que intranquilizan a su sociedad, con secuelas para la RepĆŗblica Dominicana, que se ve obligada a lidiar con un desbordado y caĆ³tico flujo migratorio.
Rubio reconociĆ³ que āla gente no habla lo suficiente de la RepĆŗblica Dominicanaā, que āse enfrenta a un verdadero desafĆo debido a HaitĆ, a la inestabilidad del paĆs vecinoā.
TambiĆ©n considerĆ³ que nuestro paĆs es merecedor de que se ponga mayor atenciĆ³n, al resaltar que āRepĆŗblica Dominicana estĆ” entre los paĆses que lo estĆ”n haciendo bien, junto a Argentina y Ecuadorā.
Y para dar sustento a su apreciaciĆ³n explicĆ³ que la RepĆŗblica Dominicana fue uno de los paĆses que mĆ”s rĆ”pido salieron del Covid 19 y recuperaron su economĆa, no solo el turismo, gracias a su estrategia ante el reto que supuso el confinamiento por la pandemia.
Si aderezamos las palabras de Marco Rubio con la afirmaciĆ³n de que ālos dominicanos son grandiososā, hecha por Donald Trump en un encuentro en su residencia oficial en Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, en la que participĆ³ el empresario dominicano Frank ElĆas Jorge, los buenos augurios se elevan hasta alcanzar un nivel que lleva al optimismo.
Tanto las declaraciones de Rubio como lo dicho por Trump confirman la expectativa que sobre la relaciĆ³n bilateral durante el nuevo gobierno en EE.UU tiene el presidente Luis Abinader, quien el lunes 2 de diciembre pasado habĆa dicho que espera mantener con el presidente electo de los Estados Unidos Donald la misma relaciĆ³n que cosecharon en los Ćŗltimos meses del primer gobierno del republicano en 2020, que calificĆ³ de Ā«muy buenaĀ».
Una mejor relaciĆ³n bilateral puede repercutir en todas las Ć”reas, con Ć©nfasis en la cooperaciĆ³n internacional para superar la crisis haitiana.
Es verdad que, despuĆ©s muchos reclamos caĆdos en el vacĆo, se han dado algunos pasos en esa direcciĆ³n, como la intervenciĆ³n de la fuerza militar multinacional, liderada por Kenia, pero Ć©sta no ha podido contener las bandas y HaitĆ no logra su estabilidad econĆ³mica, polĆtica, social y electoral, por lo que hace falta hacer mucho mĆ”s para que en el vecino paĆs se creen las condiciones que lo hagan vivible.
SĆ³lo asĆ nos aseguraremos de que los problemas de HaitĆ dejen de ser la principal amenaza para la sostenibilidad econĆ³mica, social e incluso, polĆtica de la RepĆŗblica Dominicana, evitando que el caos migratorio desborde al paĆs con la reducciĆ³n del flujo de inmigrantes a los niveles que dicta la normalidad.