En América Latina es una tradición darle un período de 100 días a los gobiernos y a las instituciones ministeriales que brindan servicio a su país. Algunos equivocadamente llegaron a pensar que esa tradición que ofrece tranquilidad a los nuevos incumbentes, procedía de los famosos 100 días del gobierno de Napoleón Bonaparte, luego de haber escapado de la isla de Elba.
Otros creyeron que su origen estaba en los 100 días de gobierno del presidente cubano, Ramón Grau San Martin en 1933, pero en realidad, su origen está en los primeros 100 días de gobierno de Franklin Delano Roosevelt, a quien le tocó gobernar a los Estados Unidos en 1933, tras una quiebra total de la economía de los Estados Unidos. 100 días le bastaron para poner el país en marcha. Ahí está el origen de los famosos 100 días.
Son muchas las personas del sector deporte que están a la espera de la presentación que hará el ministro de Deportes Kelvin Cruz durante sus primeros 100 días. Yo pienso que el ministro ha interpretado correctamente la pausa de los 100 días, pues en términos reales, esencialmente, lo que se busca, es que los incumbentes hagan un estudio objetivo de lo que han encontrado y proyecten a futuro los sectores a impactar.
Yo pienso que Kelvin Cruz ha recibido un Ministerio de Deportes con grandes realizaciones de infraestructuras, ordenadas por el presidente Luis Abinader. La celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el país, es una garantía de que su gestión tendrá infraestructuras modernas.
Hace bien el nuevo ministro en visitar los clubes, ligas, asociaciones, federaciones, el Comité Olímpico y todas las instituciones que conforman la pirámide olímpica. Escuchar es de sabio. Sólo los ignorantes creen poseer la verdad absoluta. Kelvin Cruz ha sido muy receptivo al extremo de que algunos federados le han solicitado visitarlo en su despacho y él ha optado por ir personalmente a las federaciones. Pienso que debe seguir haciendo esas visitas.
Le dije de manera privada al ministro y ahora lo reitero públicamente, que él no será valorado por la cantidad de medallas que acumule en su gestión, sino por establecer una política deportiva de Estado con miras al 2040.
La historia le ha brindado la oportunidad a Kelvin de hacer algo distinto. ¿Y qué es algo distinto?
Conectar ese Ministerio con el deporte escolar y no cometer el error de invertir casi todos los recursos en deportes de alta competición, olvidando el aspecto recreativo.
En su programa de gestión, debe tomar en cuenta que el deporte debe impactar a nivel nacional, no sólo en las federaciones y el Comité Olímpico.
Por: Ramón Rodríguez
centrodeidiomaswashington@gmail.com