Nueva York.- El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, electo en 1976 y ganador del Premio Nobel de la Paz, murió este domingo a los 100 años, en su hogar de Plains, Georgia, rodeado de su familia, confirmó el Centro Carter en un comunicado..
Carter, que se encontraba en su hogar en cuidados paliativos, y votó en las pasadas elecciones, había recibido tratamiento por una forma agresiva de cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro.
Carter, el presidente 39 de EE.UU., llevó librando una batalla durante años contra la misma enfermedad que derrotó a su padre y sus tres hermanos- un melanoma que se había extendido al hígado y al cerebro.
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“Mi padre fue un héroe, no solo para mí sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado”, dijo en el comunicado Chip Carter, el hijo del expresidente.
“Mis hermanos, mi hermana y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estas creencias comunes. El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a las personas, y le agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estas creencias compartidas”, señaló además a nombre de su familia.
El adiós
De acuerdo con el Centro Carter, habrá ceremonias públicas en Atlanta y Washington D.C., seguidas de un entierro privado en Georgia. Los arreglos finales para el funeral de estado del exmandatario, incluidos todos los eventos públicos y las rutas de la caravana, aún están pendientes.
A Carter le sobreviven sus hijos Jack, Chip, Jeff y Amy; 11 nietos y 14 bisnietos. Su esposa, Rosalynn, murió hace un año.
En 2023 Carter ingresó a cuidados paliativos, optando por renunciar a más tratamientos para prolongar su vida y se mantuvo en su hogar de Plains, desde donde su familia mantenía al tanto al público de su condición de salud. La familia ha pedido que en lugar de flores se envíen donativos al Centro Carter.
Un líder
Considerado uno de los líderes más progresistas que ha tenido EE.UU., Carter vio reducido su mandato a cuatro años (1977-1981) por culpa de la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, un episodio que hirió profundamente la moral del país y provocó que los más conservadores lo etiquetaran para siempre como un mandatario débil.
El tiempo puso las cosas en su lugar y su presidencia pasó a ser considerada de forma positiva, hasta el punto de que logró el Nobel de la Paz en 2002.
“Mi vida después de la Casa Blanca ha sido la más gratificante para mí”, admitió Carter en una rueda de prensa en agosto de 2015.
Ambicioso, competitivo y con un fuerte sentido de la moral, Carter marcó un nuevo estándar para la vida después de la presidencia, al usar su capital político para seguir influyendo en la vida pública del país y generar cambios en el mundo.