El Mundial de Clubes 2025, prueba crucial para el fĂștbol en EE.UU. y la FIFA

by manayradiostudio@gmail.com
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Boston (EE.UU.).– El Mundial de Clubes, una apuesta casi personal del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y del expresidente estadounidense Donald Trump, ha servido como prueba de fuego para evaluar la capacidad organizativa de Estados Unidos de cara al Mundial de 2026.

Al mismo tiempo, ha puesto en evidencia los desafĂ­os que aĂșn enfrenta el paĂ­s para posicionar al fĂștbol como el “deporte rey”.

Infantino, artĂ­fice de la expansiĂłn del torneo a 32 equipos y de su celebraciĂłn cada cuatro años, considera esta ediciĂłn —que entra en su recta final— como un ensayo crucial para afianzar la presencia de la FIFA en el mercado norteamericano. Un territorio donde la NFL, la NBA y la MLB continĂșan dominando en tĂ©rminos de audiencias, patrocinio y cultura popular.

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Por su parte, Trump no ha desaprovechado la oportunidad de vincular su nombre a un evento de alcance global.

El lĂ­der republicano ya ha confirmado su asistencia a la gran final del domingo entre el Chelsea y el PSG en el MetLife Stadium de Nueva Jersey y, segĂșn la prensa local, la FIFA abrirĂĄ una oficina temporal en la Trump Tower de Nueva York para promocionar el Mundial de 2026.

La semifinal de este miércoles dejó fuera al Real Madrid, vigente campeón de Europa y gran favorito. El equipo blanco cayó con estrépito ante el París Saint-Germain (PSG) por 4-0 en un encuentro sin respuesta, marcado por el doblete del centrocampista español Fabiån Ruiz y los goles del francés Ousmane Dembélé y el portugués Gonçalo Ramos.

El Chelsea, por su parte, venció 2-0 al Fluminense brasileño con un doblete de João Pedro y completó así la inédita final anglo-francesa que se disputarå el domingo a las 15:00 hora local (19:00 GMT) ante unos 82.000 espectadores, aforo completo del MetLife Stadium.

El Mundial de Clubes, que hasta 2023 se jugaba con siete equipos y pasaba casi desapercibido para el gran pĂșblico, ahora reparte mĂĄs de 1.000 millones de dĂłlares en premios y gastos de organizaciĂłn y el equipo que se corone campeĂłn podrĂ­a embolsarse hasta 125 millones.

En cuanto a afluencia, la FIFA y el comité organizador celebran haber vendido casi el 95 % de las entradas de esta edición ampliada, con partidos en Nueva York, Miami, Houston y Los Ángeles.

MĂĄs de 1,3 millones de aficionados habrĂĄn pasado por los estadios al cierre de la final, con un impacto econĂłmico superior a los 600 millones de dĂłlares solo en turismo, seguridad y logĂ­stica, segĂșn estimaciones de la propia FIFA.

El Mundial de 2026, que organizarĂĄn EE.UU., MĂ©xico y CanadĂĄ, se perfila como la gran apuesta de la FIFA para cimentar definitivamente la expansiĂłn del fĂștbol en NorteamĂ©rica.

Sin embargo, persisten dudas sobre la estructura del calendario, la saturaciĂłn de partidos y la disposiciĂłn de los grandes clubes europeos a liberar a sus figuras para un torneo de verano que algunos sindicatos de futbolistas, como FIFPro, consideran excesivo.

La FIFA ha anunciado que el espectĂĄculo de medio tiempo de la final correrĂĄ a cargo de estrellas como Doja Cat, Tems y J Balvin.

El técnico Luis Enrique del Paris Saint-Germain saluda a los aficionados tras la victoria 4-0 ante el Real Madrid en las semifinales del Mundial de Clubes, el miércoles 9 de julio de 2025, en East Rutherford, Nueva Jersey. (AP Foto/Seth Wenig)

Se espera que el intermedio reĂșna cifras de audiencia cercanas a los 100 millones de espectadores a nivel mundial, reforzando la idea de que el fĂștbol no solo compite en el campo, sino tambiĂ©n en la industria del entretenimiento.

Para muchos analistas, la gran incĂłgnita tras el pitido final serĂĄ si el entusiasmo de estos dĂ­as se traduce en un seguimiento real y sostenido del fĂștbol de clubes en EE.UU..

La final del domingo, con dos gigantes europeos midiĂ©ndose por una bolsa millonaria, servirĂĄ como termĂłmetro de la ambiciĂłn de Infantino y del interĂ©s de Trump de capitalizar el fĂștbol como plataforma polĂ­tica.

El balĂłn rodarĂĄ una vez mĂĄs para demostrar si la «apuesta americana», esta «prueba logĂ­stica y mediĂĄtica» de la FIFA, segĂșn palabras de Infantino, estĂĄ a la altura de sus promesas y de sus cuentas.

El Chelsea y el PSG decidirån quién se corona como primer campeón de esta nueva era, mientras Estados Unidos se pone a prueba como anfitrión del deporte mås popular del mundo. 



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