Redacción Deportes.- Odiado y amado, esa ha sido la trayectoria de Dave ‘Doc’ Roberts, el entrenador y ex jardinero estadounidense nacido hace 52 años en Japón.
Las criticas más feroces a su trabajo quizá las ha recibido desde su llegada a los Dodgers de Los Ángeles en 2016, poco disminuyeron con la conquista de la Serie Mundial de 2020, y quién sabe cómo será su vida tras el título de 2024 conquistado el 30 de octubre a expensas de los Yanquis de Nueva York.
Roberts, el primer entrenador de ascendencia asiática que dirigió un equipo en la Serie Mundial de 2017, año en que los Dodgers conquistaron la Liga Nacional, ha sido criticado por la forma como maneja a sus lanzadores.
Tanto que sus contradictores han llegado a describirlo como “un mánager que olvidó cómo ser mánager». Al hijo de madre japonesa y padre afroamericano también lo han cuestionado por empecinarse en brindar oportunidades a jugadores que en su momento no estaban rindiendo.
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Pero nunca podrá ocultarse que Roberts ha llevado a los Dodgers a la disputa del Clásico de Otoño en cinco ocasiones.
La alegría por la gran final conquistada en 2020 resultó contenida por culpa de la pandemia de la covid-19.
Este año todo puede ser diferente, aunque el comienzo no pintaba bien. De entrada, ‘Doc’ perdió a sus abridores Dustin May y Tony Gonsolin, y por el camino a Clayton Kershaw y Tyler Glasnow. Ya en la postemporada se quedó sin los relevistas Alex Vesia y Michael Grove.
También tuvo que ser paciente con la recuperación de las lesiones del japonés Yoshibuto Yamamoto, el venezolano Brusdar Graterol y el diestro Walker Buehler.
Como si no fuera poco, tuvo que hacer malabares para sostener un esquema ofensivo que intimidara a sus rivales pese a las molestias que minaron por momentos a Mookie Betts y Max Muncy. Ya en plena postemporada las malas noticias las depararon los estelares Shohei Ohtani y Freddie Freeman, así como el venezolano Miguel Rojas.
Roberts encontró soluciones en Tommy Edman, quien terminó siendo el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato; el puertorriqueño Kiké Hernández y el dominicano Teoscar Hernández. Este último tuvo que alternar como cuarto y tercero en el orden al bate para suplir la ausencia de Freeman.
En su cuerpo de lanzadores ‘Doc’ tuvo que echar mano de los relevistas para contrarrestar el ataque de los rivales. Sus movimientos no fueron descifrados por sus rivales, como el de nunca tener un cerrador fijo. Y el 30 de octubre, en el quinto y decisivo juego de la Serie Mundial se vio una jugada maestra- envió en el noveno episodio al abridor Walker Buehler para cerrar el juego. “Sentí que, en ese momento tenía que tirarle con todo”, dijo Roberts al comentar su sorprendente decisión.