La Superintendencia de Bancos (SB) concluyó su programa piloto para implementación de la taxonomÃa verde, en el que se clasificaron los créditos de seis entidades financieras de acuerdo con los criterios de sostenibilidad establecidos en este instrumento. Este programa se desarrolló con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) Y el Banco Mundial.
Los resultados fueron presentados ayer, ante representantes de la IFC y de las entidades de intermediación financiera, por Cesarina Reyes, subdirectora de Monitoreo de Riesgos de la SB, y Dawilvi Peña, especialista senior de riesgos ambientales y sociales.
Detallaron que, durante el levantamiento, que se extendió por seis meses, la institución analizó 7,545 operaciones de crédito, lo que convierte este proyecto de taxonomÃa verde en el más amplio de América Latina y el segundo en su tipo en toda la región.
A partir de esta primera etapa, se concluyó que la gestión ambiental de las entidades financieras se encuentra en una fase de desarrollo, con esfuerzos crecientes para integrar sus polÃticas ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), sus productos financieros verdes y sus mecanismos para la gestión de riesgos climáticos.
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También fue identificada la necesidad de reforzar la comunicación y el compromiso en diferentes niveles, asegurando que las polÃticas de sostenibilidad se reflejen en todas las áreas operativas y estén alineadas con los objetivos especÃficos de la taxonomÃa verde, explicó la Superintendencia de Bancos a través de un comunicado de prensa.
La taxonomÃa verde es un sistema de identificación y clasificación de actividades económicas y activos que contribuyen sustancialmente al logro de los objetivos ambientales y climáticos del paÃs.
Está concebida como una herramienta que favorece la financiación de los proyectos menos nocivos o que tengan un impacto neutro sobre el planeta.