En un mundo perfecto –bueno, perfecto para 24 equipos– la racha de seis campeones diferentes en seis temporadas de la NBA se extendería a siete. Eso serviría a las ambiciones de paridad que están incorporadas en el último convenio colectivo de trabajo. Satisfaría al máximo número de bases de aficionados, al menos a corto plazo. Apelaría a un concepto de “justicia” que disfrutaría hasta un niño. Todo el mundo tiene su turno en la cima.
Bueno, más vale que desechemos esas esperanzas ahora, incluso antes de que comience el primero de los 1.230 partidos de esta temporada. Los Boston Celtics son el mejor equipo de la liga, con la mayor continuidad y el mayor potencial (después de ganar 64 partidos la temporada pasada) para mejorar desde dentro.
Boston no está exento de defectos, eso sí. El pívot Kristaps Porzingis no estará disponible durante un tiempo, ya que su rehabilitación de una cirugía en el pie se extenderá hasta Navidad aproximadamente. Su homólogo Al Horford tiene 38 años. Los suplentes después de eso no son dignos de un título, pero eso es una preocupación para May, no ahora.
Jayson Tatum y Jaylen Brown han llegado a la etapa en la que los equipos se están reconfigurando para estar a la altura de las circunstancias. Son la razón obvia por la que los Knicks están listos para dar rienda suelta a Mikal Bridges y OG Anunoby, y otros clubes también están priorizando a los defensores laterales.
Por: Steve Aschburner
NBA.com
