Miami 1 de Julio (EFE).- La publicidad que recluta camioneros hispanos para trabajar en Estados Unidos los considera los “reyes” de las carreteras, pero estos trabajadores migrantes esenciales -el 22 % del total- se consideran “esclavos” porque no devengan lo suficiente y muchas veces transportan cargas peligrosas sin saberlo, sin protección o derecho a quejarse.
En este país el 70 % de los productos se mueven por carretera, y los camioneros son esenciales, pero el mercado registra una escasez de 80.000 conductores, que podrían llegar a 160.000 para 2030, y eventualmente se reduciría teniendo en cuenta la nueva orden de la Administración Trump que les exige el dominio del inglés.
“Somos el motor de los Estados Unidos, pero les resulta difícil contar (con) gente porque en realidad somos esclavos en el siglo 21, en plena democracia”, declaró a EFE el cubano Eldys O’Reilly, radicado desde hace 10 años en Modesto (Texas). “Se nos explota cada día más, y se nos paga menos.
He visto cómo se han reducido los salarios en los últimos diez años, por hacer lo mismo y con mayores riesgos”, dijo. Se estima que en Estados Unidos hay aproximadamente 3,6 millones de camioneros profesionales. El salario prometido en las empresas varía de 41.000 a 56.000 dólares anuales para los principiantes, y hasta 83.000 dólares a los experimentados, según Talent.com.

Es mucho más que en México, por ejemplo, donde devengan unos 4.800 dólares anuales de salario promedio trabajando más de 49 horas semanales, según datos de la Secretaría de Economía mexicana de 2024. Sin embargo, la realidad en EE.UU. es diferente, señaló en una entrevista Oscar Lobos, un mexicano radicado en East Texas. Con 27 años de experiencia al volante con todo tipo de carga, el año pasado fue atropellado por un camionero que se quedó dormido mientras conducía.
Dedicado ahora a trabajo de oficina, como agente de cargas, dijo que en un solo año la paga pasó de 900 dólares por el transporte de una carga de arena, a 300 dólares.
En ese precio se incluye el combustible consumido, y las horas de espera para carga y descarga que pueden ser muchas horas. “Si por un milagro consigues 20 cargas en una semana, durmiendo unas pocas horas por día, vas a cobrar lo que antes recibías por siete”, dijo. Como agente, Lobos puede recaudar entre 7.000 y 20.000 dólares por semana, de los cuales descuenta el combustible, seguros, renta de tráileres y el pago a los choferes contratados.
“Me quedan líquidos unos 1.200 dólares por semana». Billy Randel, líder del Movimiento de Camioneros por la Justicia (Truckers Movement for Justice TMJ) y conductor jubilado de camiones con materiales peligrosos, dijo a EFE que la profesión dejó de ser un buen trabajo. “Antes teníamos una buena vida con la familia”, señaló a EFE.
“A muchos no les alcanza hoy para vivir. No pueden tener un camión propio, son esclavos de un sistema que no les permite faltar o rechazar cargas. A veces trabajan 36 horas sin dormir y llegan a las 70 horas semanales para ganar 1.000 dólares. “Podrían trabajar en McDonald’s por lo mismo, y sin riesgos”, agregó.
Según la cubana Lisette Silva, actualmente establecida en Austin (Texas), además del mal pago las grandes empresas transportistas han establecido un código para puntuar a los camioneros que nunca faltan, no rechazan carga o trabajan de noche. “Ellos reciben las mejores pagas y preferencia para cargar y descargar».
Los camioneros y grupos ambientalistas se han unido recientemente para exigir condiciones de trabajo más seguras, capacitación adecuada y un salario justo para los que transportan desechos tóxicos de los campos petrolíferos. Denuncian que las cargas peligrosas frecuentemente no son inspeccionadas adecuadamente, lo cual expone a conductores y comunidades a materiales peligrosos, inflamables y radiactivos.

Camioneros consultados por EFE dijeron que muchos de ellos carecen de la certificación para lidiar con materiales peligrosos (que se abrevia Hazmat en inglés), y corren grandes riesgos al transportar subproductos de la extracción de petróleo y gas. “Muchas veces no te informan sobre la carga, y ni siquiera te dan una mascarilla protectora”, dijo José ‘Chema’ Chávez, un mexicano de Nuevo México.
Algunos camiones pueden contener más de 2.000 veces el límite de material radiactivo establecido por las regulaciones del Departamento de Transporte. Marco Mery, conductor mexicano radicado en la frontera con Texas, aconseja “no meterse” con este tipo de carga sin los papeles en regla, porque es un delito federal y una inspección en la carretera puede resultar en pérdida de la licencia y multas al conductor de entre 25.000 y 28.000 dólares.
El agotamiento extremo es otro problema común de los camioneros, además de las altas tasas de enfermedades relacionadas con el estilo de vida, como enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. Jaime Vaquera, mexicano radicado en Kermit (Texas), maneja unos 640 kilómetros por día, los siete días de la semana. “Hay días en que espero hasta 30 horas por la descarga, sin comer y sin que te paguen un centavo extra. Es mucho el abuso de las empresas”, expresó. EFE
Por: Jorge Mederos