El eminente miembro de la Escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas, enseñó a generaciones que el lenguaje bien articulado, no sólo es poder, sino que tiene la fuerza, además, de motivar e impulsar a los seres humanos a realizaciones portentosas.
Con el prolífico pensador alemán, toda una generación aprendimos, que las palabras no poseen inocencia, cuando están diseñadas con una estrategia discursiva, que busca cambiar mentalidades y hacer comprender la dimensión de la empresa emprendida.
Y eso fue lo que aconteció en el gran acto de conmemoración que llevó a cabo la Fundación Wiche García Saleta, para recordar los Doce Juegos Centroamericanos y del Caribe y el legado que dejó esa justa deportiva, impulsada por el padre del olimpismo dominicano: Wiche García Saleta.
Hubo buenos discursos, sin lugar a dudas, pero la intervención del presidente de Centro Caribe Sports y miembro COI, Luis Mejía Oviedo, fue memorable.
El hijo de Baní, aunque improvisó sus palabras, no improvisó las ideas, como decía el maestro Yaqui Núñez del Risco. Pienso que Mejía Oviedo actuó con un gran sentido de justicia, al reconocer el trascendental rol del gobierno del fenecido presidente Joaquín Balaguer para que pudiera realizarse exitosamente la inolvidable justa deportiva.
La estrategia discursiva de Luisín estuvo focalizada en tres aspectos: resaltar el valor histórico de Wiche García Saleta como padre indiscutible del olimpismo dominicano y reconocer a la vez a sus familiares por conservar su legado.
De igual manera, el ilustre banilejo aleccionó sobre el valor de las evidencias en los acontecimientos históricos para que sirvan como un legado verdadero y no creencias mitológicas y finalmente, el exjefe del Comité Olímpico Dominicano, usó su poder de persuasión para comprometer ante el país a los principales actores de los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2026.
Comenzó con el jefe del Estado, Luis Abinader, a quien le dijo:’’ Lo tenemos a usted presidente. Si en medio de la pandemia, usted dijo que sí, yo imagino que ese sí se agranda, se agiganta, hasta lograr que la República Dominicana sea invencible.’’
Enfatizó sobre el rol preponderante que deberá tener el Ministerio de Deportes y su titular Kelvin Cruz, así como la relevancia de CRESO y don Felipe Vicini. Pareció dar un grito de guerra maorí, cuando le señaló a José Monegro que su compromiso como presidente del Comité Organizador era muy grande.
Mencionó al Comité Olímpico Dominicano, pero sabemos que el COD está como un »eslabón perdido», con todas sus pólvoras mojadas. No ha sido capaz siquiera de integrar a las federaciones de Esgrima, Surf, Tiro de Precisión y pentatlón, cuyos atletas están deambulando . Qué pena.
Por: Ramón Rodríguez
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