En las sombras de una ciudad vibrante, caótica, bella, arrabalizada e insegura, donde el alba se demora y los días se suceden unos a los otros en medio de la corrupción y las promesas de erradicación de la pobreza y el crecimiento económico que cacarea el Gobierno; habitan almas errantes, rostros que la vida y la gente ignora, son hombres grises, invisibles, voces que el viento se lleva, en las calles donde su dolor se desenvuelve.
Son hombres que la razón abandonó, en un laberinto sin fin, buscando refugio en calles, rincones, donde el alma pueda vivir.
Olvidados por la sociedad, en su mundo solitario, su grito silencioso reflejado en sus rostros, clama por un poco de justicia social que les deje terminar de vivir o morir en paz, sin hambre, sin dolor y en un albergue digno.
Aunque detrás de cada mirada perdida, posiblemente hay una historia que contar, de sueños rotos, esperanzas, o de injusticia, quizás su falta de razonamiento o la indiferencia los envuelve, como una niebla oscura, y el olvido, los condena a una existencia solitaria, sin Gobierno, sin religión y sin Dios.
¿Quién vela por ellos? ¿Dónde está la compasión, la mano que los pueda guiar? ¿Dónde está la empatía, para su dolor aliviar? ¿Dónde están las autoridades que gastan millones de pesos en publicidad? ¿Cómo puede un país erradicar el hambre de todos, sino puede con en bienestar de unos pocos?
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En las calles de Santo Domingo, su presencia es un clamor, por un mundo más humano, donde todos tengan un lugar.
Conclusión
Ya es hora de despertar, de abrir los ojos y ver, que detrás de cada sombra, hay un alma que necesita creer, vivir, recibir atenciones médicas y morir en paz. Que la salud mental es un derecho, que no se puede negar, y que todos somos parte de esta sociedad, que debemos integrar.
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Hombre gris
Muy a pesar de que el término «hombres grises» puede referirse a personas mediocres, dependientes del poder, personajes de ficción o personas que transmiten sensaciones negativas asociadas al color gris. El significado exacto dependerá del contexto en el que se utilice la expresión, aquí el autor trata por su parte de solo dar una connotación negativa, ya que se asocia con la falta de brillo, originalidad, iniciativa o emociones, es decir que pasan desapercibidos.
