historias en alas de la danza

by manayradiostudio@gmail.com
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En la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes, fue presentado el espectáculo “Momentos de Independencia”, concebido por la bailarina y coreógrafa Mónika Despradel, en el que rinde homenaje a nuestros héroes nacionales, protagonistas de grandes y determinantes hechos históricos.

Como gran productora, siempre ha creído en una escena plural, en la que converjan diferentes expresiones artísticas, en su espectáculo participan tres compañías estatales, el Ballet Nacional Dominicano, la Compañía de Danza Contemporánea y el Ballet Folclórico Nacional.

Cada momento evocado, tiene un hacedor de danza, un coreógrafo: Antonio Gómez, Elizabeth Crooke y la propia Mónika Despradel.

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Con el correr de los tiempos, la danza ha evolucionado, convirtiéndose en una forma de expresión, en un medio de narrativa y preservación de la memoria histórica, transmitida a través del movimiento de los bailarines, que no solo cuentan historias, además, mantienen vivas las tradiciones.

“Momentos de Independencia” nos lleva en alas de la danza, a tres momentos de nuestra historia, y en una visión retrospectiva a la inversa, -por así decirlo-, inicia con el hecho más reciente.

Mónika Despradel, para su momento “Manolo”, se inspira en un personaje que marcó una época, “Manolo Tavárez Justo”, y recrea en imágenes en pantalla, el momento de su famoso discurso el 14 de junio de 1963, pronunciado frente a la Puerta del Conde, y como en un eco indeleble, escuchamos sus célebres palabras: “El 14 de junio sabe muy bien donde están las escarpadas montañas de Quisqueya”.… y allí moría meses después.

Para su coreografía, Mónika une dos estilos de danza que se complementan, clásico y moderno. La hermosa música de Manuel Tejada es motivo de inspiración, y la escenografía de Lilliana Soto es el marco perfecto, el “Baluarte”, lugar icónico en nuestro devenir histórico.

La figura de Manolo es interpretada con movimientos sugerentes, por el bailarín Jonathan Castillo, que une a su excelente técnica, gran potencial dramático. Tres figuras evocadas, las hermanas Mirabal: Minerva, Patria y María Teresa, son encarnadas por tres bailarinas aladas cual mariposas: Yuleidi Pérez Rojas, Laura De los Santos y Gabriela Rodríguez.

Retrocedemos en el tiempo, cien años atrás, 1863. Elizabeth Crooke recrea “La Restauración” en una sustancial coreografía, la lucha de los dominicanos por recobrar su independencia.

La creatividad de esta coreógrafa se expresa en la movilidad constante, con formaciones de gran belleza, ejecutadas por el Ballet Folclórico Nacional.

La pieza musical “Fratres” -hermanos- del compositor Arvo Pärt, en la primera parte, es una metáfora de la unión de los restauradores. El bailarín Raymer Marte, interpreta a Pedro Santana y en contraposición, José Gregorio Soto, a Gregorio Luperón, el restaurador, ambos logran con su danza excelentes momentos. Aparece una figura sempiterna “La “Muerte”, encarnada por Saddy Regús.

Cambia la atmósfera, músicos y cantantes en vivo, dirigidos por Miguel Ángel Padua, colocados en un lateral, dan ese toque de identidad, el final es toda una apoteosis de movimiento, mientras se escucha la pieza “Libertad/Libertad”, del compositor Manuel Jiménez, en la voz de la soprano Wanda Guzmán.

El momento más importante de nuestra historia, la proclamación de la Independencia, en el año 1844, motiva al coreógrafo Antonio Gómez, y con gran creatividad, en su pieza “Panteón” -Monumento a Juan Pablo Duarte- interpretada por el Ballet Nacional Dominicano, evoca ese hecho histórico, y momentos previos.

A manera de introito, en la voz de José Antonio Rodríguez, escuchamos el bello texto lírico “Tres” cargado de emociones, de la exquisita poeta Scherezada -Chiqui- Vicioso.

La movilidad constante es un torbellino de formas recreadas por los excelentes bailarines, que se decanta en el exquisito “Poema Coreográfico”, con música de Johann Sebastian Bach. La versatilidad de los bailarines los lleva a un instante trascendente, al unir sus voces en el “Juramento de los Trinitarios”.

Las tres figuras emblemáticas, Duarte, Sánchez y Mella, son representadas por los magníficos bailarines Maikel Acosta, Ednis Gómez y Joel Rodríguez, respectivamente, quienes además de sus bellas y descriptivas danzas, muestran cada uno un potencial dramático formidable.

La figura símbolo de “La Patria” es en sí un poema, sutilmente danzado por la excelente bailarina Dayme Del Toro. El final es una apoteosis, la bandera dominicana ondea, los bailarines unidos, brazos levantados en una proclama… la Independencia. El público emocionado se levanta, rinde una ovación.

Danza, música, lírica, luces, cánticos, escenografía y el concepto de la dominicanidad, conforman un espectáculo total, presentado en el mes de la Patria, que debería constituirse en una tradición y llegar a otras regiones del país. Felicitaciones a Monika Despradel y a todos los artistas que dieron vida estos “Momentos de Independencia”.



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